Las comunidades rurales en Filipinas están cambiando las
velas y los dispositivos que funcionan con baterías por lámparas que funcionan
solo con agua salada. El proyecto de iluminación sostenible alternativo,
conocido como SALt, ha dado a las comunidades más aisladas y con menos recursos
de Filipinas luz con un combustible del que tienen muchas reservas, agua
salada, de una manera segura y respetuosa con el medio ambiente.
El lema de SALt es “Esto no es sólo un producto. Es un
movimiento social”. Y no mienten. Lipa Aisa Mijena está combinando sus
habilidades como miembro del departamento de ingeniería de la Universidad De La
Salle y su acción como miembro de Greenpeace Filipinas para conseguir llevar
las lámparas a las manos de las comunidades más desfavorecidas de las islas.
Los ciudadanos utilizan principalmente velas, parafina, o lámparas que
funcionan con baterías en sus casas, que ya son unas grandes conocidas por
causar incendios en el hogar.
La lámpara de sal utiliza una solución de un vaso de agua
mezclada con dos cucharadas de sal incluso agua salada directamente del mar Proporciona
8 horas de luz. El electrodo del dispositivo puede durar hasta un año, dependiendo
de la frecuencia de uso, y el proceso de fabricación tiene una baja huella.
Siendo el tercer país más propenso a los desastres naturales del mundo,
Filipinas podría realmente beneficiarse de estas lámparas, especialmente
durante los esfuerzos de recuperación en esos desastres.
Las lámparas de sal también tienen la capacidad de cargar
tu smartphone y otros dispositivos para finales de este año, aunque el
principal objetivo de la empresa es conseguir que estas lámparas lleguen a los
isleños rurales que tienen la mayor necesidad de ellas. ecoinventos.com
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