El retiro de 23 embarcaciones el pasado lunes de los ríos
Ozama e Isabela constituye un gran paso en la dilatada meta por sanear ambos
afluentes que llevan más de medio siglo de constante contaminación.
Así lo exponen los representantes de las entidades
estatales que, por siete meses, participaron en los trabajos de retirar los
barcos abandonados, y así lo cree el ambientalista Eleuterio Martínez al
repasar los varios planes que desde el gobierno y la sociedad civil se han
ideado para recuperar ambos afluentes, sin que hayan prosperado a la fecha.
El ambientalista es uno de los principales defensores del
Cinturón Verde de Santo Domingo, zona creada por el decreto 183-93 de 1993 con
el propósito de proteger los ríos, arroyos y demás fuentes de agua en el
entorno del Gran Santo Domingo.
“El desguace y anclaje de embarcaciones ha sido una de
las fuentes de contaminación más fuertes que han tenido esos ríos. Fue uno de
los problemas más serios en la década del 80, pues muchos de esos barcos ni
siquiera se sabe quiénes lo trajeron”.
Recuerda que para los 90´, el gobierno de Joaquín
Balaguer hizo intentos por sacar las embarcaciones, pero no se pudo porque,
primero no aparecían equipos, y luego, no se sabía a dónde llevarlos. La
iniciativa de Balaguer incluyó el desalojo por decreto de los barrios La Zurza
y La Ciénega, para liberar los afluentes de los desechos que le vertían esas
barriadas de la zona norte.
Pero los planes por descontaminar el Ozama, afluente de
142 kilómetros que nace en la Loma Siete Pico, en el municipio Peralvillo,
Monte Plata, y desemboca en San Souci, datan de muchos años atrás.
Los planes
En 1959 el dictador Rafael Leónidas Trujillo decidió
construir un proyecto habitacional para reubicar a los habitantes de Los
Guandules, Guachupita y La Ciénega, también con propósito de descontaminar esos
ríos.
Para la década del 70, una empresa francesa realizó un
inventario de las viviendas alrededor del Ozama y recomendó construir una
planta de tratamiento, cuyo costo rondaba los RD$100.00 millones. En 1994 surge
el Plan de Acción, Restructuración Social, Urbana y Ecológica, con fines de
descontaminar el río, pero no prosperó, como tampoco lo hizo el proyecto de
Rescate Social Urbano y Ecológico (Resure) creado por el expresidente Leonel
Fernández en 1997 y retomado en su segundo período de gobierno 2004-2008.
Durante el gobierno de Hipólito Mejía, en 2002, se habló
de un proyecto de desarrollo urbano y turístico en la margen del Ozama, que
coincide con la propuesta de desarrollar más de 2000 viviendas y un centro de
negocios como parte del proyecto SanSouci que ejecuta el Grupo Inicia, antiguo
Vicini, por un monto superior a los US$1,000 millones, en San Souci.
Falta más
El ambientalista Martínez espera que las acciones
iniciadas con el retiro de los barcos a cargo del Ministerio de Medio Ambiente,
la Autoridad Portuaria y la Armada de República Dominicana, se mantengan para
terminar de limpiar al Ozama e Isabela, pero advierte que falta hacer mucho
más.
“El lixiviado de (el vertedero) Duquesa sigue pendiente y
es muy fuerte, tanto de fondo como de arrastre. Además está la gran cantidad de
industrias alrededor de esos ríos y los asentamientos humanos, muy difícil de
controlar”.
Por lo pronto, el ministro de Medio Ambiente, Francisco
Domínguez Brito, emplazó a 241 empresas que vierten sin tratar sus desechos en
ambos afluentes, a las que advirtió que, si a junio del próximo año no han
habilitado sus plantas de tratamiento, cerrará sus operaciones.
El tema de los desechos de las viviendas, el Ministerio
lo dejó en manos de los cabildos del Gran Santo Domingo que ahora libran una
lucha con Lajún Corporation, administradora de Duquesa, por las condiciones
precarias en que opera ese vertedero.
LO PEOR, ES QUE EL PROBLEMA SIGUE HOY EN EL 2022 SIN SOLUCION NI PALIATIVO EXCEPTO EL QUE APORTAN LA ALGAS
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