Esta planta medicinal un tanto dejada de lado por las
terapias alternativas también recibe el nombre de “lengua de gato” y “flor de
un día”.
Suele crecer en terrenos baldíos y en los lugares más
inhóspitos ya que no necesita de muchos cuidados y es una planta bastante
resistente.
Podemos encontrarla en los bordes de los caminos, aunque
también podemos cultivarlas en macetas, en huertos o simplemente nuestro propio
jardín.
También se la ha llamado con poca justicia “mala hierba”,
pero precisamente hoy vamos a destacar todas las bondades de esta planta medicinal.
La verdolaga suele crecer en primavera y verano y se
caracteriza por tener hojas suculentas y carnosas en las que encontramos
grandes concentraciones de fibra.
Contiene ácido linoleico, ácido oleico, ácido alfa
linoleico y es rica en Omega 3.
Cuenta con vitaminas como la vitamina C, los
betacarotenos, los folatos y todas las del complejo B.
También cuenta con grandes concentraciones de minerales
como potasio, calcio, fósforo, magnesio, cobre, selenio y zinc.
Contiene antioxidantes como la dopamina y un nuevo
alcaloide descubierto recientemente denominado oleracone.
Contiene ácidos orgánicos, flavonoides, fitoestrógenos y
alcaloides varios.
Incluso los chinos, desde hace cientos de años,
incorporaron la verdolaga a su dieta y comúnmente la llaman “vegetal para la
vida longeva”.
Todos estos datos que hemos reunido dan cuenta de la
importancia que tiene esta planta un tanto menospreciada, pero que es
importante consumir y para que puedas hacerlo de una manera práctica y hasta
diríamos novedosa, te indicaremos como prepararla en escabeche.
De esta manera es muy fácil consumirla porque puede
funcionar como un complemento o guarnición de comidas o simplemente prepararla
en ensaladas porque puede resultar un excelente reemplazo de la lechuga.
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