Forman parte del paisaje habitual de muchas carreteras principales pero son
grandes desconocidas para el común de los mortales. Lo que no todo el mundo
sabe es que son imprescindibles para el día a día de los municipios de toda
España. Hoy te vamos a hablar de las subestaciones eléctricas, ¿qué son y para
qué sirven?
Las subestaciones eléctricas ¿qué son y para qué sirven?
Basta con echar un ojo a nuestro alrededor para comprobar
que todo funciona con electricidad. De ahí la relevancia de las subestaciones
eléctricas, ¿qué son y para qué sirven? El uso diario de electricidad, además,
no para de aumentar, por lo que se antoja necesario contar con subestaciones
eléctricas por todo el país.
¿Qué es una subestación eléctrica?
Empecemos por el principio.
¿Qué es una subestación
eléctrica? Pues tan sencillo y tan complicado como una instalación que produce,
convierte, transforma, regula, reparte y distribuye la energía eléctrica. Y es
que una subestación eléctrica tiene la capacidad de variar la capacidad de
tensión de una instalación eléctrica, para que la energía se pueda llevar y
repartir de un punto a otro. Por tal motivo, el transformador es el elemento
clave en una subestación eléctrica.
¿Qué es una subestación eléctrica?
Es un conglomerado que
se divide en tres secciones.
Una de medición, otra de paso y una última que
hace las veces de interruptor. Además de estas tres secciones, cuenta con
elementos que le permiten maniobrar, tales como interruptores o seccionadores.
Por último, también cuenta con los obligatorios sistemas de protección como los
fusibles o los interruptores automáticos. Todos ellos, ayudan a que el mantenimiento
y el día a día sean más sencillos.
Básicamente,
es el aparato que nos permite mover y distribuir la energía eléctrica para
hacerla llegar a los hogares de todo el país. Sin una subestación eléctrica, la
pérdida de potencia que se produce durante el transporte, harían imposible que
llegara electricidad a los hogares.
Es el llamado Efecto Joule, (P= I^2\cdot R). La potencia
eléctrica transportada en una red cualquiera es directamente proporcional al
valor de su tensión y al de su intensidad (P= V\cdot I).
Básicamente, a mayor tensión en el transporte, menos
intensidad se necesita para distribuir la misma cantidad de potencia. Es decir,
se pierde menos energía por el camino, evitando el tan temido Efecto Joule.
Perder energía, en este caso, supone perder millones de euros por el camino.
Además, con el paso de los años, las subestaciones
eléctricas han ganado en seguridad. Los niveles de prevención son máximos y ya
no afectan a sus empleados, ni a las zonas habitadas a sus alrededores, como
podía pasar hace décadas. Los avances tecnológicos en este ámbito han sido
espectaculares.
Tipos de subestaciones eléctricas
A la hora de hablar de subestaciones eléctricas, podemos
hablar de varios tipos:
Subestaciones eléctricas elevadoras – Las subestaciones
eléctricas elevadoras son las que están situadas cerca de la planta donde
genera la energía eléctrica. Así, cuentan con un número determinado de
transformadores que convierten la energía eléctrica en electricidad apta para
el consumo en el hogar. Es decir, elevan el nivel de tensión a 66, 110, 220 o
380 kV, previo envío de vuelta de dicha energía a la red habitual de
transporte.
Subestaciones eléctricas reductoras – Las subestaciones
eléctricas reductoras, como su nombre indica, reducen ese nivel de tensión
hasta mínimos de 2 kV, aunque lo habitual es que sean 13, 15, 45 o 66 kV. Así
consiguen que la energía llegue a la zona de distribución y, de ahí, a los
centros de transformación. Es en estos últimos donde se baja aún más la tensión
eléctrica, dejándola en datos comerciales y asumibles por los hogares o las
industrias. Hablamos de unos 400 V.
Las dos subestaciones se suelen ubicar en las afueras de
los núcleos urbanos. El motivo es que así no interfieren en el día a día de las
urbes, pues son instalaciones de dimensiones monstruosas, que impedirían el
correcto ordenamiento y funcionamiento de cualquier ciudad o municipio.
¿Son seguras las subestaciones eléctricas?
La pregunta que se hace mucha gente al ver las
monstruosas construcciones.
¿Son seguras las subestaciones eléctricas? A pesar
de que los niveles de seguridad son tremendos, nadie quita que pueda haber una
avería en un momento dado. Así, las averías más habituales en las subestaciones
eléctricas son los cortocircuitos. Es lógico que con tanta subida y bajada de
la tensión eléctrica, a niveles que el consumo doméstico no alcanza ni a
entender, haya cortocircuitos de forma reiterada.
A pesar de ello, los sistemas de prevención de riesgos,
ya cuenta con ellos y los afrontan con naturalidad, sin que estos afecten al
correcto funcionamiento de la subestación eléctrica. Por ejemplo, su un
cortocircuito hace que el equipo de una subestación eléctrica falle, hay otro
equipo similar que lo sustituye de inmediato y mantiene el ritmo de trabajo, en
el mismo punto que lo dejó el otro. Así, se evita paralizar la subestación, lo
que supondría, de nuevo, una pérdida de ingresos más que relevante.
Por lo general, a la hora de construir una subestación
eléctrica, ésta se sustenta sobre una enorme estructura metálica especialmente
levantada para repartir el peso por toda su estructura, cargando la mayoría en
los cimientos. El objetivo es que, al estar tan expuestas, no se vean afectadas
por las inclemencias meteorológicas habituales, pero tampoco por terremotos que
se puedan dar en la zona.
También cuentan con unas medidas de prevención
vanguardistas. Medidas que van desde sistemas de ventilación que eviten
cualquier tipo de fuga a lo último en protección contra incendios y materiales
ignífugos. Además, si se fuera la luz, toda subestación eléctrica cuenta con un
sistema de alimentación externo que le permite mantener todos los sistemas en
marcha durante un tiempo determinado.
Fuerte:erenovable.com
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