Que son:
Las algas son un grupo muy
diverso, con 27,000 especies alrededor del mundo, estos organismos acuáticos
van desde seres microscópicos unicelulares hasta organismos multicelulares que
forman grandes colonias muy grandes y vistosas. Las algas realizan una de las
mayores aportaciones de oxígeno al planeta; se estima que participan con cerca
del 50% de la fotosíntesis global. Actualmente el término alga se refiere a
organismos que tienen células con núcleo (Eucariontes), un núcleo celular es
como el almacén de la mayor parte de material genético celular (ADN – DNA).
La mayoría de las algas
son organismos fotoautótrofos (del griego: photo = luz, auto = mismo, trop =
nutriente, o sea organismos que adquieren sus nutrientes al realizar fotosíntesis).
Habitad.
La mayoría de las algas
son organismos acuáticos que viven en agua dulce o marina, es posible encontrar
algunas especies en hábitats muy diversos como troncos de árboles, bancos de
nieve y aguas termales. Existen ciertas algas que viven en simbiosis con o
dentro de animales, hongos y plantas.
Principal uso.
El principal uso de las
algas es su consumo directo por el ser humano que extrae de los mares
aproximadamente 40,000 toneladas al año. Una de las cosechas de algas más
importantes es la Porphyra (nori, en japonés), alga con la que se prepara el
sushi en Japón.
De las algas se extraen
sustancias como alginatos, agar y carragenanos de algunas algas pardas y rojas
los cuales son utilizados en la industria como emulsificantes y estabilizantes.
Las microalgas no han
alcanzado niveles de explotación a las que están sujetas las macroalgas, pero
en nuestro país las especies Dunaliella, Chlorella y Spirulina se emplean cada vez más como fuente de
pigmentos naturales, vitaminas y ácidos grasos.
Los grupos más importantes
y conocidos de las algas son Algas Verdes, Algas Rojas y Algas Pardas o Cafe
Las algas verdes
Con unas 7.000 especies
diferentes, viven en su mayoría en aguas continentales. Por su parecido en
pigmentos (clorofila) y sustancias de reserva (almidón), semejantes a las
plantas terrestres, son consideradas por los botánicos como las predecesoras de
las plantas superiores.
Pueden reproducirse
asexualmente, mediante esporas móviles, o sexualmente, mediante la fecundación
de un óvulo por un espermatozoide.
Pueden colonizar hábitats
muy diversos, incluso en condiciones muy adversas. Tan sólo un 10% de las
especies son marinas, el resto son de agua dulce. En el mar están distribuidas
donde quiera que llegue la luz solar suficiente para realizar la fotosíntesis.
La mayor parte de las
especies de algas verdes son bentónicas (ligadas al fondo) pero las hay
planctónicas, que flotan libremente y son uno de los principales componentes
del fitopláncton.
A diferencia de las
plantas, las algas no tienen una verdadera raíz, tallo, hojas o tejido vascular
y su forma de reproducción es simple. Su cuerpo vegetativo es una estructura
llamada talo (talofitas). En las algas macroscópicas, se pueden encontrar
formas filamentosas, laminariales, sifonosas, costrosas y calcáreas.
Las algas rojas
Con sus más de 4.000
especies agrupadas en 650 géneros, son principalmente marinas. Están
distribuidas por los principales mares del mundo y se desarrollan
principalmente en lugares umbríos y de aguas cálidas y tranquilas.
Se caracterizan porque sus
células presentan una capa interna de celulosa y una capa externa de tipo
gelatinoso que suele acumular incrustaciones de carbonato cálcico en algunas
especies. No presentan células móviles en ninguna etapa de su desarrollo.
Las células contienen
varios pigmentos, pero es característica la presencia de ficobilinas que, con
su color rojo, dan nombre a este grupo, aunque algunas especies puedan ser de
color verdoso, azulado o negruzco. Por sus características intrínsecas, estos
pigmentos especiales permiten captar colores de luz no aprovechables por la
clorofila.
La mayoría de las algas
rojas son anuales, completando su ciclo de vida en un año, o menos, y muriendo
a continuación. Suelen aprovechar las aguas profundas y oscuras para desarrollarse
en situación favorable a sus características físicas.
Aunque presentes en todos
los mares del mundo, son más abundantes en las aguas cálidas de los mares
tropicales. Hay que destacar el importante papel de las algas rojas
calcificadas en la formación del substrato coralígeno, que acoge importantes
comunidades bentónicas.
Las algas pardas
Con sus más de 1.500
especies, son casi exclusivamente marinas. Constituyen las algas más complejas
en desarrollo morfológico y anatómico.
En el interior de sus
células llevan varios pigmentos que les permiten realizar la fotosíntesis,
desde la clorofila hasta la fucoxantina, una xantofila que es la responsable
del color de estas algas, al enmascarar los otros pigmentos. Algunas especies
presentan incrustaciones de carbonato cálcico más o menos evolucionadas.
Todas las algas pardas
tienen células reproductoras móviles (biflageladas) en algún momento de su
desarrollo.
Las especies más sencillas
suelen tener aspecto filamentoso y ramificado, mientras que las más
evolucionadas presentan estructuras más complejas como talos laminares (hojas)
que presentan ramificaciones para adherirse al substrato. No hay que confundir
estas estructuras como raíces, al no cumplir la función que conocemos en las verdaderas
plantas.
Son especies bentónicas
(ligadas al fondo) en su gran mayoría (hay algunas especies libres) y se
desarrollan en aguas templadas y frías. Pueden vivir fijadas al fondo o a otras
algas. Suelen presentar un ciclo evolutivo anual, y aunque hay especies perennes, su aspecto físico
también sigue el ciclo.
En el Mediterráneo se
constituyen en la vegetación principal de los fondos marinos rocosos, donde
pueden formar densos cinturones algales que sirven de refugio y hogar para
muchas otras especies marinas.
PROTEGERLAS!
Los desechos de las
ciudades, la agricultura y de la industria son los principales agentes
contaminantes de los mares, lagos y ríos, que crean alteraciones en los
ecosistemas formados por algas. Además de producir interacciones competitivas
en las comunidades de algas, las cuales suelen producir florecimientos de algas
nocivas o tóxicas llamadas mareas rojas.
Para poder garantizar la
permanencia de estos “bosques o praderas” de macroalgas y evitar el crecimiento
excesivo de algas nocivas, es necesario
mantener la limpieza de costas, ríos y lagos, además de evitar que las ciudades
viertan sus desechos a estos lugares.
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