La empresa Algeanova ha creado una barcaza para recoger
las enormes cantidades de algas marinas en la zona de Punta Cana y busca
desarrollar materiales desechables biodegradables y sustituir el plástico.
Las cálidas y verdosas aguas de la zona este del país han
sido invadidas por un gran cúmulo de algas marinas desde hace algunos años, una
situación que ha generado preocupación en algunos representantes del sector
turismo.
Esa problemática para el sector hotelero condujo a Manolo
Despradel y su socio francés René Munier a la invención de una máquina capaz de
recolectar el sargazo, como es conocida esta alga marina, y mantener libres de
la plaga alrededor de 12 kilómetros de playa utilizados por los hoteles de la
zona de Punta Cana, donde están establecidos con su compañía Algeanova.
Se trata de una barcaza con un motor de doce cilindros,
el cual tiene una potencia para movilizar siete bombas hidráulicas que se
utilizan para recoger el sargazo de las costas.
Aunque las partes como el motor y los sistemas
hidráulicos no fueron propiamente inventados por el grupo Algeanova, la idea de
agrupar todos los elementos en una barcaza les valió el premio de Tecnología
Apropiada por parte de la Oficina Nacional de la Propiedad Intelectual (ONAPI).
“Hace como cuatro o cinco años que esto está pasando y
comenzamos a buscar soluciones para presentárselo a la industria hotelera. Lo
primero que concebimos fue la barrera que prevé que el sargazo no llegue a la
orilla”, explica Despradel, gerente general de Algeanova, sobre los inicios del
proyecto.
La embarcación, con capacidad para cargar hasta 60 mil
libras del sargazo, según su densidad, funciona como una recolectora agrícola
con un sistema hidráulico y una cinta transportadora que recoge las algas de la
superficie marina.
Despradel narra que cuando concibió el proyecto junto a
su socio Munier, buscaron asesoría de un grupo de expertos en este tipo de
tecnología en Polonia con quienes trabajaron en conjunto y les ayudaron “a
compactar las ideas”.