“La preferencia de algunas mariposas por ciertas plantas con
determinadas formas de sus hojas es innata, pero puede ser revertida a través
del aprendizaje. Estos resultados apoyan una vieja teoría que explicaría la
evolución de la excepcional diversidad de formas de las hojas de las
pasionarias.”
La mariposa tropical Heliconius Erato distingue entre formas
y utiliza esta capacidad a la hora de elegir las plantas idóneas para
alimentarse y poner sus huevos, según demuestra un nuevo estudio realizado por
científicos de la Universidad de Cambridge y el Instituto de Investigaciones
Tropicales Smithsonian. La mariposa tiene una predilección innata por las
flores de la Pasión que tienen una forma muy particular, pero puede aprender a
superar esta preferencia en favor de otras, especialmente aquellas que son más
abundantes y/o nutritivas, en el ámbito local en el que habitan. Este hecho
puede promover la evolución de la biodiversidad
Una elección específica La Heliconius Erato es un ejemplar
relativamente grande, gracias a sus 5 a 8 cm de envergadura, de color blanco,
rojo y negro, que habita en toda América Central y en el área tropical de
América del Sur. Las hembras ponen sus huevos en las plantas de la pasionaria, un
género de enredaderas tropicales con una variación extrema en la forma de sus
hojas, dentro de las especies. Por ejemplo, estas plantas pueden tener hojas de
forma triangular, alargada, elíptica, lobulada o lanceolada.
Una vez que las orugas salen de los huevos comienzan de
inmediato a alimentarse de las hojas y de los brotes de la planta huésped, a
menudo causándole daños considerables, por lo que en muchos lugares se las
considera una plaga.
Las hojas comunes son las preferidas de las mariposas
"En nuestro estudio se muestra por primera vez que la hembra de la
Heliconius Erato emplea la forma de las hojas como una señal de selección de
las pasionarias de las cuales se alimentan y en las que posteriormente
desovan”, explica Denise Dell'Aglio, estudiante de doctorado en el Departamento
de Zoología de la Universidad de Cambridge y principal autora de la
investigación.
"Estos resultados tienen varias implicaciones, ya que
apoyan la hipótesis sostenida durante décadas, de que las mariposas podrían
intervenir activamente en la selección dependiente de la “frecuencia negativa”
en la forma de la hoja de pasionaria. Esto implica que, mediante la selección
natural aparecen formas de las hojas cada vez más raras, ya que las plantas que
las poseen tienen una ventaja competitiva frente a las demás. Esto podría
explicar la extraordinaria diversidad de formas de hojas que se encuentran en
las pasionarias, concluye el estudio.
De acuerdo con esta hipótesis, formulada por primera vez en
1975, pero nunca probada hasta ahora, la hembra de la Heliconius Erato
desarrolla una “preferencia aprendida” en la búsqueda de hojas comunes de las
Passion flowers y ponen sus huevos exclusivamente en estas plantas, que luego
sufren daños por parte de las orugas. Esto conduciría a que dichas plantas
desarrollen formas de hojas cada vez más raras, lo que se transmite a su
descendencia, que a su vez perfeccionan esta metodología para protegerse. Si
las hojas de las generaciones siguientes se vuelven más comunes, pierden su
ventaja competitiva.
Experimentación práctica Para comprobar su teoría,
Dell'Aglio y sus colegas utilizaron flores y hojas artificiales hechas de
láminas de espuma, para poner a prueba las preferencias de las hembras de
Heliconius Erato respecto a las particularidades de las hojas. Primero
demostraron que las mariposas tienen una preferencia innata por alimentarse de
flores en forma de estrella con tres y cinco pétalos, antes que de otras flores
con formas más simples. Pero también comprobaron que pueden aprender
rápidamente a invertir esta preferencia, si estas últimas contienen una
recompensa en cantidad de comida y/o son muy abundantes.
En un segundo experimento, el grupo de Dell'Aglio demostró
que las Heliconius Erato prefieren poner sus huevos en las hojas que tienen una
forma que les resulte familiar y tienden a evitar hacerlo en aquellas cuya
forma que no conocen previamente. Estos resultados indican que las mariposas
poseen una “base de datos de imágenes” con las que comparar hojas y flores y se
decantan por las formas más familiares, lo que apoyaría la vieja teoría.
Se plantea algo llamado “frecuencia negativa”, esto es que
las formas raras tienen una ventaja frente a las comunes, lo que desencadena y
promueve la diversidad en estas plantas tropicales, demostrando que el
comportamiento de los depredadores puede inducir y fomentar diversos procesos
evolutivos. De la misma forma se cree que otros insectos usan distintos
recursos, como “firmas químicas”, elección por textura u otras señales físicas
para elegir sus huéspedes, lo que también contribuiría a que estos evolucionaran
para evitar ser atacados, es la conclusión de Chris Jiggins, profesor de
biología evolutiva en la Universidad de Cambridge y uno de los co-autores del
mencionado estudio.
Fuente: medio ambiente
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