El mono de Berbería, más conocido como el mono de
Gibraltar, tiene su mayor población en Marruecos y Argelia, de donde podría
desaparecer en los próximos años debido a la destrucción de su hábitat y su
venta ilegal en Europa, que se canaliza, principalmente, a través de España.
Su situación ha sido tratada esta semana en la
decimoséptima reunión de la Convención sobre el Comercio Internacional de
Especies (CITES) que se celebra en Johannesburgo, donde los delegados de los
países signatarios le han otorgado el máximo nivel de protección a propuesta de
la Unión Europea (UE) y Marruecos.
Al borde de la extinción
La población total de la única especie de primate
africano que habita al norte del Sáhara se estimaba en 1977 en 23.000
ejemplares, 17.000 de ellos en Marruecos, donde en la actualidad quedan solo
entre 6.000 y 7.000 monos de Gibraltar. La destrucción de sus hábitats sigue
siendo la principal razón de este caída, pero el tráfico de la especie está
aumentando y poniendo aún más en peligro la sostenibilidad de sus poblaciones,
que podrían extinguirse.
El llamado “Paso del Estrecho” finaliza cada mes de
septiembre en la costa meridional española con un nuevo récord en el número de
personas que cruzan el Mediterráneo con destino a África. Son, en su mayoría,
marroquíes y argelinos que viven en Francia, España, Holanda y Bélgica, y que
conducen hasta puertos como Algeciras o Tarifa para embarcar sus vehículos en
los ferrys que les llevarán a pasar las vacaciones de verano en sus países de
origen.
Van cargados de todo tipo de provisiones para sus
familias, y regresan semanas después a sus hogares con los carros igual de
llenos. En su equipaje de vuelta, en muchas ocasiones, esconden un mono de
Berbería sedado con drogas que les ha facilitado el propio vendedor.
Víctimas del capricho humano
“Acaban en España, Francia, Bélgica y Holanda. La mayoría
se quedan el animal para ellos, como una mascota, pero también se ponen a la
venta en internet”, dice a Efe Rikkert Reijnen, del Fondo Internacional para el
Bienestar de los Animales (IFAW). “En Marruecos pueden comprarse por 200 ó 300
euros, y una vez en la UE se venden por 2.000, 3.000 ó 4.000 euros”, añade.
Son capturados en las montañas del Atlas, donde los monos
son relativamente dóciles y fáciles de abordar al estar acostumbrados a que los
turistas les fotografíen y les den de comer. “Las cantidades de animales
introducidas ilegalmente no son grandes, pero para una población tan reducida y
fragmentada tiene un impacto muy negativo”, explica Reijnen. Los ejemplares
capturados son normalmente de corta edad, lo que daña gravemente el equilibrio
de las poblaciones.
Arrancados de su entorno natural, y de los grupos de
primates en los que viven, los monos de Gibraltar desarrollan en Europa graves
problemas de salud y comportamiento, volviéndose a menudo violentos y llegando
a automutilarse. Fuente: noticia+verde
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