El biso del mejillón marino
Al igual que los percebes, los mejillones marinos se
adhieren a las rocas, a la madera o al casco de los barcos. Sin embargo a
diferencias de los percebes, que se pegan con fuerza directamente a una
superficie, los mejillones marinos cuelgan de un haz de finos filamentos
llamados biso. Aunque estas “barbas” dan al mejillón la movilidad necesaria
para alimentarse y migrar, parecen demasiado finas para soportar el impacto de
las olas.
¿Cómo logran que el mejillón se quede colgando sin ser
arrastrado por el mar?
Piense en lo siguiente: Las hebras del biso son duras en
un extremo, pero blandas y elásticas en el otro. Los investigadores han
descubierto que un 80% de la longitud de las hebras es rigido, y un 20%,
blando. Esta proporción es fundamental para lograr una mayor adherencia.
Gracias a eso, el biso puede resistir mejor las embestidas de las corrientes
marinas.
El profesor Guy Genin afirma que los resultados de la
investigación son impresionantes y añade: “Lo sorprendente de este organismo
reside en la sabia combinación entre una parte rigida y una flexible”. Los
científicos creen que el diseño delas hebras de biso podría emplearse para
fijar aparatos a edificios y vehículos submarinos, unir tendones con hueso y
sellar incisiones quirúrgicas. “En lo referente a sistema de sujeción, la
naturaleza es una fuente inagotable de tesoros”
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