Una start-up llamada Evaptainers, con sede en
Massachusetts (EU), está diseñando recipientes de almacenaje para alimentos que
enfrían su contenido mediante un sistema de enfriamiento por evaporación, el
mismo proceso que nos mantiene frescos cuando sudamos.
Existe una enorme demanda de refrigeración en zonas del
mundo donde escasea la electricidad. En parte por esta necesidad insatisfecha,
cada año se desperdician alimentos por valor de casi 275 mil millones de euros,
según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Aquí es donde entra en escena el enfriamiento por
evaporación, un proceso por el que el agua resta temperatura al evaporarse de
una superficie. Las personas han empleado el enfriamiento por evaporación para
conservar alimentos durante milenios: es tan sencillo como llenar el espacio
entre dos recipientes cerámicos con arena, y añadir agua.
Mientras el agua se evapora, se lleva el calor consigo,
manteniendo así el recipiente interior a una temperatura casi 2°C menor que la
temperatura ambiente, y sin electricidad.
Investigadores de Evaptainers rediseñaron esta tecnología
con materiales modernos mientras estudiaban en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT). En su último prototipo, la cámara interior de almacenaje
de alimentos es un barreño de goma impermeable, y la capa exterior está hecha
de una tela transpirable y semipermeable. El agua introducida en el hueco de
1.5 centímetros entre las capas interior y exterior se evapora a través de la
tela, enfriando así el barreño interior. Cuando el sistema no almacena alimento
se puede plegar para facilitar el transporte.
El CEO de la empresa, Spencer Taylor, dice que las
reacciones a las 25 unidades del primer prototipo, y que fueron probadas en
Marruecos, fueron positivas. Tiene planes de testear 300 de las 500 unidades de
su último prototipo este año, distribuyendo la mitad de ellas y vendiendo las
demás a unos 22 euros por unidad.
Taylor también cree que el producto podría interesar los
aficionados a actividades al aire libre, y espera que Evaptainers esté
disponible en tiendas el próximo año.
Pero existen retos para la amplia adopción de
Evaptainers. Los dispositivos sólo pueden alcanzar su rendimiento máximo en
climas secos, y según Taylor, su eficiencia “realmente se desploma” cuando la
humedad supera el 40 por ciento.
El profesor de desarrollo y planificación urbana del MIT
Bishop Sanyal, que no tiene ninguna afiliación con la empresa, cree que
Evaptainers podría tener un enorme impacto en la seguridad alimentaria. Aunque
su precio es un obstáculo en potencia. La mayoría de las familias marroquíes,
por ejemplo, ingresan entre unos 53 euros y 89 euros al mes, lo que significa
que 22 euros representan un enorme compromiso financiero.
Sanyal critica: “Nos olvidamos de que esta gente es muy
pobre, y cada céntimo les afecta”.
Talyor cree que si una familia puede invertir, generará
un ahorro de alimentos a largo plazo.
El CEO concluye: “Ese es nuestro sueño. Que cada vivienda
que no tenga electricidad disponga de un Evaptainer y que les proporcione más
tiempo para trabajar, apoye la nutrición rural, ayude a aliviar la escasez de
alimentos y reduzca el desperdicio de alimentos a gran escala”.
Fuente: Technology Review
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