El calentamiento global está afectando a los arrecifes de
coral del Pacífico, según han podido constatar los científicos del buque de
investigación Tara durante una expedición de dos años y han alertado de un
importante blanqueamiento de los mismos.
“Los científicos han observado los primeros arrecifes afectados
por el calentamiento. Un blanqueamiento que alcanza el 30 % o el 50 por ciento
en ciertas islas de Tuamotu, en la Polinesia, incluso del 90 % en las islas
Samoa del Pacífico sur”, destacó la Fundación Tara Expéditions en un
comunicado, tras regresar hoy el barco al puerto de Lorient (Bretaña, oeste de
Francia).
En Micronesia, en las islas Tuvalu y Kiribati, una parte
de los arrecifes estaba ya muerto antes de la llegada de la expedición, que ha
permitido explorar el impacto de la actividad humana en los arrecifes de coral
del Pacífico.
“Es una auténtica tela de retales de corales, resultado
de diversas perturbaciones. El estado de los arrecifes observados muestra
muchos contrastes, que responden tanto al estrés global como local”, se explicó
en la nota.
Factores locales -como la contaminación, la urbanización
o técnicas de pesca invasivas- y globales, como el calentamiento global y la
acidificación del océano, influyen en el debilitamiento de los corales, que,
con las altas temperaturas, pierden su color al expulsar las algas simbióticas
que les dan sus nutrientes.
Los científicos del buque, que recorrió 100.000
kilómetros y paró en más de treinta países desde Panamá a Japón entre 2016 y
2017 y desde Nueva Zelanda a China entre 2017 y 2018, han recogido más de
36.000 muestras de una treintena de lugares coralinos, en la mayor campaña
científica sobre este ecosistema.
El equipo se procederá ahora a analizar las muestras para
comprender mejor los corales y sus microorganismos y determinar sus capacidades
de adaptación a los cambios climático y medioambiental.
Esto permitirá identificar las condiciones óptimas para
garantizar la supervivencia de los corales y crear una base de datos a
disposición de la comunidad científica internacional sobre la diversidad de un
arrecife, “tanto genómica como genética, viral y bacteriana”.
Ante los efectos observados por la expedición científica,
la Fundación instó a implantar con urgencia medidas para rebajar los niveles de
estrés que sufren los corales, como reducir las emisiones de dióxido de
carbono, mejorar la gestión de basuras y plásticos e implicar y sensibilizar a
la población local en la preservación de este ecosistema.
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