Se trata de un territorio de ultramar británico en los
trópicos meridionales del Océano Atlántico y es una de las islas más remotas
del planeta
La isla de Santa Elena, donde Napoleón Bonaparte pasó
recluido sus últimos seis años de vida, ha aprobado la prohibición de
"todo tipo de arte de pesca destructivo" en una vasta zona marina y
únicamente permite pescar atunes, de uno en uno, con el objetivo de
salvaguardar el futuro de esta comunidad insular.
Se trata de un territorio de ultramar británico en los
trópicos meridionales del Océano Atlántico y es una de las islas más remotas
del planeta. La isla tiene una superficie de 121 kilómetros cuadrados y una
zona marítima de 446.615 kilómetros cuadrados de hábitats de mar abierto y está
situada en una rica región de fauna marina con larga tradición de pescar con
caña.
Según ha informado a Europa Press la International Pole
& Line Foundation (IPNLF), en la actualidad los recursos pesqueros de la
isla están en riesgo "constante" a consecuencia de los buques
pesqueros extranjeros que faenan en el Océano Atlántico y por el bajo precio
que los pescadores locales reciben en el muelle por sus capturas.
Ante esta situación, la Fundación Internacional para la
Pesca con Caña (IPNLF), el gobierno de Santa Elena y varios socios locales han
acordado crear una zona en la que únicamente se permite capturar el pescado de
uno en uno para proteger este área de la pesquería destructiva y proteger
también a la pesquería atunera de la comunidad local.
El proyecto incluye el desarrollo de políticas de
promoción y protección del ecosistema de la isla y la pesquería sostenible de
atún a pequeña escala, por lo que durante los próximos tres años la Fundación
trabajará con el Gobierno local para prohibir todas las artes pesqueras
destructivas, pero además para mejorar la gestión pesquera, reforzar las
actividades de supervisión e incrementar el control y vigilancia para evitar la
pesca ilegal.
BALLENAS Y TORTUGAS A SALVO DE REDES Y ANZUELOS El
gerente y director de Operación de la Corporación de Pesquerías de Santa
Helena, Stephane Weston, vaticina que mientras muchos pequeños países y
territorios insulares se han comprometido a crear zonas de exclusión pesquera
parcial, este proyecto "elevará la conservación marina a otro nivel".
Así, ha destacado que se trata de una zona marina de
400.000 km2 en medio del Océano Atlántico en la que los delfines, las ballenas,
los tiburones y las tortugas no corren el peligro de toparse con artes de
arrastre de fondo o líneas de palangre con anzuelos cebados. De hecho, asegura
que "no habrá ni una sola red de cerco con jareta que rodee los cardúmenes
de especies marinas". Por ello, considera que la iniciativa proporciona a
la isla la posibilidad de definir cómo debería funcionar la pesca en el siglo
XXI, con una industria pesquera "totalmente segura, sostenible y
respetuosa con el medio ambiente, de propiedad local y operada
localmente".
A su juicio, el proyecto, que cuenta con el apoyo de
Oceans 5, una colaboración internacional de donantes, también contribuirá de
manera significativa a la economía local con la elaboración de productos de
alta calidad destinados a la comercialización local como a la exportación. Para
el director de políticas y divulgación de IPNLF, Adam Baske, la "clave del
éxito" pasará por asegurarse de que las comunidades pesqueras y toda la
isla en general se beneficien de estos compromisos.
"Promover las innovadoras políticas que Santa Elena
está dispuesta a aplicar pondrá este tipo de pesquerías en el foco de atención,
haciendo que los proveedores, los minoristas y los consumidores tomen aún más
consciencia de lo importante que es hacer elecciones inteligentes en materia de
productos de la pesca y convirtiendo a Santa Elena en una inspiración mundial
para Gobiernos y grandes Estados oceánicos con ideas afines", ha
manifestado.
Mientras, la Gobernadora de Santa Elena, Lisa Phillips,
ha señalado que durante siglos los habitantes de Santa Elena han tenido
"estrechos vínculos" con las aguas que les rodeaban y con sus
preciosos recursos y de ahí deriva su "inherente respeto por el ecosistema
marino", que ha hecho que la sostenibilidad haya permanecido en la
política pesquera, junto con la necesidad de un futuro más brillante para la
comunidad de pescadores. ep
Fuente: Sostenibilidad
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